sábado, 30 de mayo de 2015
jueves, 9 de abril de 2015
EVANGELIO DIARIO MEDITADO. VIERNES DE PASCUA. (10/ 04/ 2015)
EVANGELIO DIARIO MEDITADO
Echad la red otra vez y encontraréis
Pascua
Pascua
Juan 21, 1-14. Viernes de Pascua.
Otra vez Cristo se asoma a nuestras vidas para dejarse ver
de quien tiene los ojos con fe.
Por: Edgar Pérez | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Juan 21, 1-14
Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dice: «Voy a pescar». Le contestan ellos: «También nosotros vamos contigo». Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No». El les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el Señor», se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos. Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar». Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Venid y comed». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.
Oración introductoria
Jesucristo, ¡qué privilegio tuvieron tus apóstoles! Ellos pudieron hablar, comer, convivir contigo. Cara a cara. Ayúdame a darme cuenta, en esta oración, que yo no estoy tan lejos de poder tener esta misma experiencia, porque Tú siempre sales a mi encuentro, me ofreces el alimento de la Eucaristía y me hablas por medio de tu Palabra. Dame tu gracia para poder escucharte, Señor.
Petición
Dame el ímpetu y el liderazgo de Pedro, que supo reconocerte a pesar de su debilidad.
Meditación del Papa Francisco
Recordémoslo bien todos: no se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida. Quien nos escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso mismo que oye en nuestros labios, y dar gloria a Dios. Me viene ahora a la memoria un consejo que San Francisco de Asís daba a sus hermanos: predicad el Evangelio y, si fuese necesario, también con las palabras. Predicar con la vida: el testimonio. La incoherencia de los fieles y los Pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el modo de vivir, mina la credibilidad de la Iglesia.
Pero todo esto solamente es posible si reconocemos a Jesucristo, porque es él quien nos ha llamado, nos ha invitado a recorrer su camino, nos ha elegido. Anunciar y dar testimonio es posible únicamente si estamos junto a él, justamente como Pedro, Juan y los otros discípulos estaban en torno a Jesús resucitado, como dice el pasaje del Evangelio de hoy; hay una cercanía cotidiana con él, y ellos saben muy bien quién es, lo conocen. El evangelista subraya que “ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor”. Y esto es un punto importante para nosotros: vivir una relación intensa con Jesús, una intimidad de diálogo y de vida, de tal manera que lo reconozcamos como “el Señor”. ¡Adorarlo!» (Homilía de S.S. Francisco, 14 de abril de 2013).
Reflexión
Como la primera vez. Otra vez Cristo se asoma a la rivera de nuestras vidas para dejarse ver de quien tiene los ojos sublimados por la fe. Y sin exigir nada. Sin obligar a nadie. Sólo se deja ver dando.
Pedro había regresado a su antiguo oficio. Quizás así podía asimilar todo lo que había vivido durante esos intensos días de pascua. Le remordería la amargura terrible de la traición. ¿Qué lo diferenciaba de Judas hasta ese momento? Fue a pescar, pues, con otros. Y no obtuvo nada. Como la primera vez en que vio a Cristo junto al mar de su vida.
Ahora nuevamente el Señor se le presenta y no lo conoce. Están todos fatigados y malhumorados. Nadie puede sentir paz cuando no tiene a Cristo dentro. En ese momento el Señor les habla: "¿tenéis peces?" Podrían no haberle hecho caso. Pero optan por una elemental educación. Responden: "¡No!" Ahora el desconocido les señala cómo obtenerlas: "Echad..." Pudieron no haberle hecho caso.
¿Quién era ése para decirles lo que ellos bien sabían hacer? El hecho es que le hacen caso, hacen un acto de fe, como la primera vez en que Pedro en Su Nombre echó las redes. Ahora lo hacían sabiendo que no era momento de peces. Y, ¡cuál fue su sorpresa! Porque quien confía en el Señor no puede no recibir más de lo que espera. Es por eso que Juan lo reconoce: "¡Es el Señor!" Porque han creído al Desconocido y han sido premiados con la fe en Él.
Pedro, que pudo seguir el mismo derrotero de Judas se deja llevar por su corazón, un corazón que añoraba al Señor y su misericordia. Se tira al agua y no espera llegar con la barca. Está ansioso de estar junto al Señor. Ha comprendido en qué consiste ser pecador y dejarse amar por el Señor que lo busca con su perdón. Porque primero ha creído en alguien que no sabía quién era en ese momento. Cuando ve lo que puede su fe, no puede no pedir misericordia del Señor, como la primera vez. Y como Cristo quería peces, es Pedro quien saca las redes, símbolo de las almas del apóstol. Ha sido Cristo el que ha dado los frutos ciertamente, pero ellos han secundado su acción. Pedro le ofrece los peces. Pero antes ya le ha ofrecido su corazón. Por eso tuvo los peces, porque se dejó pescar del Señor.
Propósito
Hacer una oración especial por todos aquellos que han perdido la fe.
Diálogo con Cristo
Señor, tengo una enorme necesidad de encontrarme con tu amor redentor. Aumenta mi fe para saber reconocerte en la Eucaristía, en la oración, en las demás personas, en los incidentes de mi día a día. Mi testimonio es lo que más puede valer en la Nueva Evangelización, así que ayúdeme a ser coherente, que no me olvide que nada convence tanto como la caridad auténtica, hecha disponibilidad, servicio y entrega a los demás.
Como la primera vez. Otra vez Cristo se asoma a la rivera de nuestras vidas para dejarse ver de quien tiene los ojos sublimados por la fe. Y sin exigir nada. Sin obligar a nadie. Sólo se deja ver dando.
Pedro había regresado a su antiguo oficio. Quizás así podía asimilar todo lo que había vivido durante esos intensos días de pascua. Le remordería la amargura terrible de la traición. ¿Qué lo diferenciaba de Judas hasta ese momento? Fue a pescar, pues, con otros. Y no obtuvo nada. Como la primera vez en que vio a Cristo junto al mar de su vida.
Ahora nuevamente el Señor se le presenta y no lo conoce. Están todos fatigados y malhumorados. Nadie puede sentir paz cuando no tiene a Cristo dentro. En ese momento el Señor les habla: "¿tenéis peces?" Podrían no haberle hecho caso. Pero optan por una elemental educación. Responden: "¡No!" Ahora el desconocido les señala cómo obtenerlas: "Echad..." Pudieron no haberle hecho caso.
¿Quién era ése para decirles lo que ellos bien sabían hacer? El hecho es que le hacen caso, hacen un acto de fe, como la primera vez en que Pedro en Su Nombre echó las redes. Ahora lo hacían sabiendo que no era momento de peces. Y, ¡cuál fue su sorpresa! Porque quien confía en el Señor no puede no recibir más de lo que espera. Es por eso que Juan lo reconoce: "¡Es el Señor!" Porque han creído al Desconocido y han sido premiados con la fe en Él.
Pedro, que pudo seguir el mismo derrotero de Judas se deja llevar por su corazón, un corazón que añoraba al Señor y su misericordia. Se tira al agua y no espera llegar con la barca. Está ansioso de estar junto al Señor. Ha comprendido en qué consiste ser pecador y dejarse amar por el Señor que lo busca con su perdón. Porque primero ha creído en alguien que no sabía quién era en ese momento. Cuando ve lo que puede su fe, no puede no pedir misericordia del Señor, como la primera vez. Y como Cristo quería peces, es Pedro quien saca las redes, símbolo de las almas del apóstol. Ha sido Cristo el que ha dado los frutos ciertamente, pero ellos han secundado su acción. Pedro le ofrece los peces. Pero antes ya le ha ofrecido su corazón. Por eso tuvo los peces, porque se dejó pescar del Señor.
Propósito
Hacer una oración especial por todos aquellos que han perdido la fe.
Diálogo con Cristo
Señor, tengo una enorme necesidad de encontrarme con tu amor redentor. Aumenta mi fe para saber reconocerte en la Eucaristía, en la oración, en las demás personas, en los incidentes de mi día a día. Mi testimonio es lo que más puede valer en la Nueva Evangelización, así que ayúdeme a ser coherente, que no me olvide que nada convence tanto como la caridad auténtica, hecha disponibilidad, servicio y entrega a los demás.
miércoles, 8 de abril de 2015
EVANGELIO DIARIO MEDITADO. JUEVES DE PASCUA (9/ 04/ 2015)
EVANGELIO DIARIO COMENTADO
EVANGELIO DIARIO MEDITADO
Lo reconocieron al partir el pan
Lucas 24, 35-48. Jueves de Pascua. Jesús trae la paz a nuestras vidas.
Su resurrección es causa de gozo y paz.
Por: Javier González | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48
Por: Javier González | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48
Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. Estaban hablando de éstas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo». Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos. Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."» Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas.
Oración introductoria
Jesús, abre mi entendimiento. Conozco y escucho tu Palabra, pero quiero hacerla la norma de mi vida. Por esto te pido que guíes esta oración para que pueda llegar a ser un auténtico testigo de tu resurrección.
Petición
Cristo Resucitado, que esta meditación sea un encuentro transformador en el amor.
Meditación del Papa Francisco
El camino de Emaús se transforma así en símbolo de nuestro camino de fe: las Escrituras y la Eucaristía son los elementos indispensables para el encuentro con el Señor. También nosotros llegamos a menudo a la Misa dominical con nuestras preocupaciones, nuestras dificultades y desilusiones. La vida a veces nos hiere y nos vamos tristes hacia nuestra “Emaús”, dando la espalda al designio de Dios. Nos alejamos de Dios. Pero nos acoge la Liturgia de la Palabra: Jesús nos explica las Escrituras y reenciende en nuestros corazones el fuego de la fe y de la esperanza y en la comunión nos da fuerza.
Palabra de Dios y Eucaristía: leer cada día una parte del Evangelio, recuérdenlo bien, leer cada día una parte del Evangelio y los domingos ir a hacer la comunión, a recibir a Jesús. Así sucedió con los discípulos de Emaús, han recibido la Palabra, han compartido la fracción del pan, y de tristes y derrotados que se sentían, se sintieron alegres. Siempre, queridos hermanos y hermanas, la Palabra de Dios y la Eucaristía nos llenan de alegría. ¡Recuérdenlo bien! ¡Cuando tú estás triste o algo así, toma la Palabra de Dios! ¡Cuando tú estás desanimado, toma la Palabra de Dios y ve a la Misa del domingo a hacer la Comunión, a participar del misterio de Jesús! Palabra de Dios, Eucaristía: nos llenan de alegría.» (S.S. Francisco, ángelus del 4 de mayo de 2014).
Reflexión
"LA PAZ CON VOSOTROS"
Jesús trae la paz a nuestras vidas. Su resurrección es causa de gozo y paz espiritual para nuestros corazones afligidos y congojados. Ya no más penas ni tristezas. No podemos seguir con los ojos cerrados. ¡Cristo ha resucitado de entre los muertos!
Sabemos que quien quiere llegar a Dios debe pasar primero por la cruz y el sacrificio de cada día, pero cómo nos cuesta en el instante mismo cuando la cruz se hace pesada. No somos capaces de sufrir por Cristo, mientras que Él murió por salvarnos.
Ahora vemos el triunfo del Señor que trae la salvación al mundo entero. Ha llegado nuestra hora. Debemos emprender una conversión personal de nuestro corazón hacia Dios.
Somos testigos de Cristo y estamos llamados a la misión de todo cristiano: "Proclamar la Buena Nueva a todas las naciones".
El Señor, por su muerte, ha abierto a la humanidad las puertas del cielo. Nosotros ya conocemos el camino: es Cristo. Ahora debemos guiar a los demás por la senda de la salvación; Cristo es la resurrección y la vida.
Propósito
Participar en una adoración eucarística para estar en contacto con la nueva vida que Cristo resucitado me ofrece.
Diálogo con Cristo
Jesús, quiero ser un testigo fiable, es decir, que más que mis palabras o acciones, sea mi testimonio de vida lo que trasmita a otros tu mensaje de verdad, de amor y de misericordia. No quiero tener miedo de comprometer mis haberes y mi propio tiempo para dedicarme a la evangelización. ¡Cuenta conmigo Jesús!
"LA PAZ CON VOSOTROS"
Jesús trae la paz a nuestras vidas. Su resurrección es causa de gozo y paz espiritual para nuestros corazones afligidos y congojados. Ya no más penas ni tristezas. No podemos seguir con los ojos cerrados. ¡Cristo ha resucitado de entre los muertos!
Sabemos que quien quiere llegar a Dios debe pasar primero por la cruz y el sacrificio de cada día, pero cómo nos cuesta en el instante mismo cuando la cruz se hace pesada. No somos capaces de sufrir por Cristo, mientras que Él murió por salvarnos.
Ahora vemos el triunfo del Señor que trae la salvación al mundo entero. Ha llegado nuestra hora. Debemos emprender una conversión personal de nuestro corazón hacia Dios.
Somos testigos de Cristo y estamos llamados a la misión de todo cristiano: "Proclamar la Buena Nueva a todas las naciones".
El Señor, por su muerte, ha abierto a la humanidad las puertas del cielo. Nosotros ya conocemos el camino: es Cristo. Ahora debemos guiar a los demás por la senda de la salvación; Cristo es la resurrección y la vida.
Propósito
Participar en una adoración eucarística para estar en contacto con la nueva vida que Cristo resucitado me ofrece.
Diálogo con Cristo
Jesús, quiero ser un testigo fiable, es decir, que más que mis palabras o acciones, sea mi testimonio de vida lo que trasmita a otros tu mensaje de verdad, de amor y de misericordia. No quiero tener miedo de comprometer mis haberes y mi propio tiempo para dedicarme a la evangelización. ¡Cuenta conmigo Jesús!
EVANGELIO DIARIO MEDITADO. MIERCOLES DE PASCUA (8/ 04/ 2015)
EVANGELIO DIARIO MEDITADO
En el camino de Emaús
Lucas 24, 13-35. Miércoles de Pascua. Dejarnos conquistar por la esperanza que nos ofrece Jesús, y en la Eucaristía llevarlo para siempre.
Autor: Juan Pablo Durán | Fuente: Catholic.net
Lucas 24, 13-35. Miércoles de Pascua. Dejarnos conquistar por la esperanza que nos ofrece Jesús, y en la Eucaristía llevarlo para siempre.
Autor: Juan Pablo Durán | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran. Él les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?» Él les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron». Él les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado». Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.
Oración introductoria
Gracias, Señor, por buscarme, por no dejarme solo en el camino. Me conoces y sabes que soy presa fácil del desánimo y del abatimiento y me cuesta mucho reconocerte en mi oración. Ilumina mi mente y mi corazón para que sepa descubrirte y experimente esa cercanía que me llena de paz y amor.
Petición
Cristo resucitado, enciende el calor de mi fe y esperanza de tal manera, que en esta Pascua de resurrección, la vivencia de la caridad sea el distintivo de mi vida.
Meditación del Papa Francisco
Pensemos en el episodio de los discípulos de Emaús. Es necesario saber entrar en diálogo con los hombres y las mujeres de hoy para entender sus expectativas, sus dudas, sus esperanzas, y poder ofrecerles el Evangelio, es decir Jesucristo, Dios hecho hombre, muerto y resucitado para liberarnos del pecado y de la muerte. Este desafío requiere profundidad, atención a la vida, sensibilidad espiritual. Dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir, acoger su punto de vista, sus propuestas. Dialogar no significa renunciar a las propias ideas y tradiciones, sino a la pretensión de que sean únicas y absolutas.
Que la imagen del buen samaritano que venda las heridas del hombre apaleado, versando sobre ellas aceite y vino, nos sirva como guía. Que nuestra comunicación sea aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría. Que nuestra luminosidad no provenga de trucos o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino. No tengan miedo de hacerse ciudadanos del mundo digital. El interés y la presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación son importantes para dialogar con el hombre de hoy y llevarlo al encuentro con Cristo: una Iglesia que acompaña en el camino sabe ponerse en camino con todos.» (Mensaje del Papa Francisco para la XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, junio de 2014).
Reflexión
El último capítulo del "Evangelio de la misericordia" nos narra un acontecimiento que se ha repetido en prosa y en cantos, que ha inspirado a las obras de arte más conocidas, que ha suscitado conversiones e inspirado a los cristianos en el camino a la santidad.
El último capítulo del "Evangelio de la misericordia" nos narra un acontecimiento que se ha repetido en prosa y en cantos, que ha inspirado a las obras de arte más conocidas, que ha suscitado conversiones e inspirado a los cristianos en el camino a la santidad.
Comienza con dos discípulos desencantados, que están abandonando la causa por la cual, tres años antes, habían dejado todo. Pero ahora, después de tres días de esperar al Maestro en el que habían creído, se habían convencido de su tontería, y partían para tratar de reconstruir las vidas que habían dejado atrás. En un fin de semana se les había escapado el único ideal que había llenado sus corazones jóvenes.
En su camino se les aparece Cristo, pero aunque lo veían, algo les impedía reconocerle. Aquí nos tenemos que preguntar, ¿por qué? ¿Por qué no reconocen su rostro después de haberlo seguido por tres años? ¿Por qué no reconocen su voz después de haber dejado todo el día que escucharon su llamada? ¿Por qué no reconocen sus palabras después de haberlo oído predicar?
Tal vez es porque, como ellos mismos admiten, Él ha desilusionado las esperanzas que tenían, de que Él fuera el libertador de la nación de Israel. El obstáculo no es que no tengan a Jesús al lado, caminando con ellos, es que ellos esperan ver a alguien diferente. Así nunca verán a Jesús, por más claro que se les aparezca. ¡La esperanza que ellos habían tenido, pequeña y a su medida, no les deja aceptar la gloria y el gozo de la resurrección!
Pero Jesús no los deja alejarse. Quiere conquistárselos para siempre. Hace la finta de seguir adelante para que lo inviten a cenar. Y ahí, en la intimidad de un pequeño cuarto, se les revela al entregarse en la Eucaristía. Eufóricos, corren hasta Jerusalén bajo la luz de las estrellas. ¡Ha resucitado, y vive con ellos para siempre! Se dejaron conquistar por la esperanza que les ofrece Jesús, y en la Eucaristía lo llevan consigo para siempre.
Propósito
Hacer una visita a Cristo Eucaristía para reflexionar sobre la Divina Providencia, a fin de que nunca me decepcione o dude de su Palabra.
Diálogo con Cristo
Cristo has resucitado, estás vivo y caminas conmigo. ¡Qué maravilla! ¡Qué experiencia! Mi corazón rebosa de gozo y quiero cantar, quiero gritar, quiero trasmitir a otros esta certeza. No estoy solo, Cristo quiere estar conmigo. Está vivo en la Eucaristía, esperándome pacientemente. No puedo ser indiferente o pasivo ante tanto amor, por eso hoy te pido me des la fuerza para correr a compartir con mi familia, y con los demás, esta Buena Nueva.
lunes, 6 de abril de 2015
EVANGELIO DIARIO COMENTADO PARA EL MARTES DE PASCUA (7/ 04/ 2015)
LA APARICIÓN A MARÍA MAGDALENA
Del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18
Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto». Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré». Jesús le dice: «María». Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» -. Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios». Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras. Palabra del Señor
Oración introductoria
Señor, cuánta ofuscación, cuántos miedos, cuántas tentaciones me alejan fácilmente de mi camino a la santidad. Me cuesta rezar, me cuesta guardar silencio, me cuesta no percibir, no sentir que me estés escuchando… Pero creo y confío en que, a pesar de mi debilidad, Tú siempre estés a mi lado. ¡Ven e ilumina mi oración!
Petición
Señor, permite reconocerte en tu Palabra y en esta meditación, así como le sucedió a María Magdalena.
Meditación del Papa Francisco
Oración introductoria
Señor, cuánta ofuscación, cuántos miedos, cuántas tentaciones me alejan fácilmente de mi camino a la santidad. Me cuesta rezar, me cuesta guardar silencio, me cuesta no percibir, no sentir que me estés escuchando… Pero creo y confío en que, a pesar de mi debilidad, Tú siempre estés a mi lado. ¡Ven e ilumina mi oración!
Petición
Señor, permite reconocerte en tu Palabra y en esta meditación, así como le sucedió a María Magdalena.
Meditación del Papa Francisco
María Magdalena llora, lo ve pero no lo reconoce, se da cuenta de que es Jesús sólo cuando Él la llama por su nombre; los discípulos de Emaús, deprimidos y con sentimientos de derrota, llegan al encuentro con Jesús dejándose acompañar por el misterioso viandante. ¡Cada uno por caminos diferentes! Buscaban entre los muertos al que está vivo, y fue el mismo Señor el que corrigió el rumbo. Y yo, ¿qué hago? ¿Qué camino sigo para encontrar al Cristo vivo? Él estará siempre cerca de nosotros para corregir el rumbo si nosotros nos hemos equivocado.
"¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?" Esta pregunta nos hace superar la tentación de mirar hacia atrás, a lo que fue ayer, y nos empuja a avanzar hacia el futuro. Jesús no está en la tumba, él es el Resucitado, el Viviente, el que siempre renueva su cuerpo que es la Iglesia y lo hace andar atrayéndolo hacia Él. "Ayer" es la tumba de Jesús y la tumba de la Iglesia, el sepulcro de la verdad y la justicia; "hoy" es la resurrección perenne a la que nos impulsa el Espíritu Santo, que nos da plena libertad.» (S.S. Francisco, catequesis del 23 de abril de 2014).
Reflexión
El amor auténtico pide eternidad. Amar a otra persona es decirle «tú no morirás nunca» – como decía Gabriel Marcel. De ahí el temor a perder el ser amado. María Magdalena no podía creer en la muerte del Maestro. Invadida por una profunda pena se acerca al sepulcro. Ante la pregunta de los dos ángeles, no es capaz de admirarse. Sí, la muerte es dramática. Nos toca fuertemente. Sin Jesús Resucitado, carecería de sentido. «Mujer: ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?» Cuántas veces, Cristo se nos pone delante y nos repite las mismas preguntas. María no entendió. No era capaz de reconocerlo.
Así son nuestros momentos de lucha, de oscuridad y de dificultad. «¡María!» Es entonces cuando, al oír su nombre, se le abren los ojos y descubre al maestro: «Rabboni».. Nos hemos acostumbrado a pensar que la resurrección es sólo una cosa que nos espera al otro lado de la muerte. Y nadie piensa que la resurrección es también, entrar «más» en la vida. Que la resurrección es algo que Dios da a todo el que la pide, siempre que, después de pedirla, sigan luchando por resucitar cada día. «La Iglesia ofrece a los hombres el Evangelio, documento profético, que responde a las exigencias y aspiraciones del corazón humano y que es siempre “Buena Nueva”.
La Iglesia no puede dejar de proclamar que Jesús vino a revelar el rostro de Dios y alcanzar, mediante la cruz y la resurrección, la salvación para todos los hombres». (Redemptoris Missio, n. 11) En las situaciones límites se aprende a estimar las realidades sencillas que hacen posible la vida. Todo adquiere entonces sumo valor y adquiere sentimientos de gratitud. «He visto al Señor» - exclamó María. Esta debe ser nuestra actitud. Gratitud por haber visto al Señor, porque nos ha manifestado su amor y, como a María, nos ha llamado por nuestro nombre para anunciar la alegría de su Resurrección a todos los hombres. Que la gracia de estos días sacros que hemos vivido sea tal, que no podamos contener esa necesidad imperiosa de proclamarla, de compartirla con los demás. Vayamos y contemos a nuestros hermanos, como María Magdalena, lo que hemos visto y oído. Esto es lo que significa ser cristianos, ser enviados, ser apóstoles de verdad.
Propósito
Ante las dificultades y frustraciones de este día, ejercitar mi fe y mi confianza en Cristo.
Diálogo con Cristo
Jesús, el conocer el amor que María Magdalena experimentó, me llena de consuelo. Ella te amó y fue fiel en el Calvario. Se mantuvo firme en su misión de propagar con energía y convicción el anuncio de tu resurrección. Y fue capaz de amar así porque se sintió amada, acogida, protegida por Ti, que ves más allá de la debilidad. Gracias, Señor, por tu amor, sé que me amas de la misma forma y espero corresponder a tan inmenso amor, ¡ayúdame a crecer en el amor!
El amor auténtico pide eternidad. Amar a otra persona es decirle «tú no morirás nunca» – como decía Gabriel Marcel. De ahí el temor a perder el ser amado. María Magdalena no podía creer en la muerte del Maestro. Invadida por una profunda pena se acerca al sepulcro. Ante la pregunta de los dos ángeles, no es capaz de admirarse. Sí, la muerte es dramática. Nos toca fuertemente. Sin Jesús Resucitado, carecería de sentido. «Mujer: ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?» Cuántas veces, Cristo se nos pone delante y nos repite las mismas preguntas. María no entendió. No era capaz de reconocerlo.
Así son nuestros momentos de lucha, de oscuridad y de dificultad. «¡María!» Es entonces cuando, al oír su nombre, se le abren los ojos y descubre al maestro: «Rabboni».. Nos hemos acostumbrado a pensar que la resurrección es sólo una cosa que nos espera al otro lado de la muerte. Y nadie piensa que la resurrección es también, entrar «más» en la vida. Que la resurrección es algo que Dios da a todo el que la pide, siempre que, después de pedirla, sigan luchando por resucitar cada día. «La Iglesia ofrece a los hombres el Evangelio, documento profético, que responde a las exigencias y aspiraciones del corazón humano y que es siempre “Buena Nueva”.
La Iglesia no puede dejar de proclamar que Jesús vino a revelar el rostro de Dios y alcanzar, mediante la cruz y la resurrección, la salvación para todos los hombres». (Redemptoris Missio, n. 11) En las situaciones límites se aprende a estimar las realidades sencillas que hacen posible la vida. Todo adquiere entonces sumo valor y adquiere sentimientos de gratitud. «He visto al Señor» - exclamó María. Esta debe ser nuestra actitud. Gratitud por haber visto al Señor, porque nos ha manifestado su amor y, como a María, nos ha llamado por nuestro nombre para anunciar la alegría de su Resurrección a todos los hombres. Que la gracia de estos días sacros que hemos vivido sea tal, que no podamos contener esa necesidad imperiosa de proclamarla, de compartirla con los demás. Vayamos y contemos a nuestros hermanos, como María Magdalena, lo que hemos visto y oído. Esto es lo que significa ser cristianos, ser enviados, ser apóstoles de verdad.
Propósito
Ante las dificultades y frustraciones de este día, ejercitar mi fe y mi confianza en Cristo.
Diálogo con Cristo
Jesús, el conocer el amor que María Magdalena experimentó, me llena de consuelo. Ella te amó y fue fiel en el Calvario. Se mantuvo firme en su misión de propagar con energía y convicción el anuncio de tu resurrección. Y fue capaz de amar así porque se sintió amada, acogida, protegida por Ti, que ves más allá de la debilidad. Gracias, Señor, por tu amor, sé que me amas de la misma forma y espero corresponder a tan inmenso amor, ¡ayúdame a crecer en el amor!
viernes, 27 de marzo de 2015
EMILIO LE CAMBIO LA VIDA A ANDREA TU CAMBIALE LA VIDA A ALGUIEN
VIDEO PARA REFLEXIONAR
Os invito a visionar este precioso video con una mirada de apertura y un corazón generoso. Es posible que nos enriquezca para que en esta Semana Santa durante la cual, nos tropezaremos con muchas personas diariamente, optemos por ayudarle a cambiar su vidas.
!!TODOS NECESITAMOS DE TODOS !!
!!QUÉ BONITO ES PODER HACERLE LA VIDA MÁS AGRADABLE A LOS DEMÁS!!
LE CAMBIA LA
VIDA A ANDREA. UNA MUJER QUE VIVE EN LA CALLE
EVANGELIO DIARIO MEDITADO - Conviene que uno muera por todos - 28/03/15
EVANGELIO DIARIO COMENTADO
Conviene que uno muera por todos
Juan 11, 45 -56. Cuaresma. La experiencia del conocimiento de Cristo se hace en la oración, en la Eucaristía y en la cruz de cada día.
Autor: Diego Calderón | Fuente: Catholic.net
Juan 11, 45 -56. Cuaresma. La experiencia del conocimiento de Cristo se hace en la oración, en la Eucaristía y en la cruz de cada día.
Autor: Diego Calderón | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Juan 11 45-56
Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.» Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.» Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. Desde este día, decidieron darle muerte. Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?» Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle.
Oración introductoria
Señor, yo quiero acompañarte con mi oración en este período de cuaresma. Abre mi inteligencia y mi corazón a la luz de tu gracia y de tu amor. Dame un corazón sencillo y humilde como el tuyo para no encerrarme en la soberbia y en el egoísmo. Dios mío, yo te reconozco como el Único que da valor y sentido a mi vida. Te pido por cada uno de mis familiares y amigos para que les regales una fe viva, operante y luminosa.
Petición
Jesucristo ayúdame a ser manso y humilde de corazón y no permitas que el velo de la soberbia cubra mis ojos, como los fariseos.
Meditación del Papa Benedicto XVI
Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.» Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.» Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. Desde este día, decidieron darle muerte. Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?» Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle.
Oración introductoria
Señor, yo quiero acompañarte con mi oración en este período de cuaresma. Abre mi inteligencia y mi corazón a la luz de tu gracia y de tu amor. Dame un corazón sencillo y humilde como el tuyo para no encerrarme en la soberbia y en el egoísmo. Dios mío, yo te reconozco como el Único que da valor y sentido a mi vida. Te pido por cada uno de mis familiares y amigos para que les regales una fe viva, operante y luminosa.
Petición
Jesucristo ayúdame a ser manso y humilde de corazón y no permitas que el velo de la soberbia cubra mis ojos, como los fariseos.
Meditación del Papa Benedicto XVI
Hemos dicho que Jesús, en su anuncio y en toda su obra, había inaugurado un reino no político del Mesías y comenzado a deslindar los dos ámbitos hasta ahora inseparables. Pero esta separación entre política y fe, entre pueblo de Dios y política, que forma parte esencial de su mensaje, sólo era posible en última instancia a través de la cruz: sólo mediante la pérdida verdaderamente absoluta de todo poder externo, del ser despojadoradicalmente en la cruz, la novedad se hacía realidad. Sólo mediante la fe en el Crucificado, en Aquel que es desposeído de todo poder terrenal, y por eso enaltecido, aparece también la nueva comunidad, el modo nuevo en que Dios domina en el mundo. Pero eso significa que la cruz respondía a una "necesidad” divina y que Caifás, con su decisión, fue en último análisis el ejecutor de la voluntad de Dios, aun cuando su motivación personal fuera impura y no respondiera a la voluntad de
Dios, sino a sus propias miras egoístas» ( Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, segunda parte, p. 66).
Reflexión
«De hecho los fariseos y los saduceos conocieron a Jesús en lo exterior, escucharon su enseñanza, muchos detalles de él, pero no lo conocieron en su verdad (…) La gente lo conoce, pero superficialmente; sabe algunas cosas de él, pero no lo ha conocido realmente. En cambio los Doce, gracias a la amistad, que implica también el corazón, al menos habían entendido en lo sustancial y comenzaban a saber quién era Jesús. También hoy existe esta forma distinta de conocer: hay personas doctas que conocen a Jesús en muchos de sus detalles y personas sencillas que no conocen estos detalles, pero que lo conocen en su verdad: "El corazón habla al corazón"» (Benedicto XVI, Audiencia, 8 de octubre de 2008). Los fariseos no podían conocer a Jesús y, mucho menos, considerarlo como el Mesías porque en sus corazones anidaba la soberbia y el egoísmo. Para conocer a Jesús es necesario ser humildes, es decir, dejar nuestras preferencias y nuestros gustos para permitirle a Cristo que reine en nuestros corazones y en nuestras vidas.
El amor hacia Jesucristo llega a través del conocimiento que tengamos de su persona. El conocimiento del Señor no es algo teórico sino experiencial. La experiencia de Cristo comienza en el reconocimiento de todo lo que Él ha hecho por mí. Jesucristo me amó y se entregó por mí en la cruz. Cristo me amó primero y ahora es mi turno de corresponder a su amor. La experiencia del conocimiento de Cristo se hace en la oración, en la Eucaristía y en la cruz de cada día cuando tengo la humildad para acercarme a Él y pedirle su ayuda.
Propósito
Me acercaré a Jesucristo, con fe y humildad, en alguna visita que haga al Sagrario para dejar en sus manos toda mi vida.
Diálogo con Cristo
Jesucristo, Rey y Señor de mi alma, dame la gracia de conocerte cada día más para poder amarte con mayor sinceridad. Te entrego mi corazón, muchas veces lleno de soberbia y egoísmo, para que lo modeles según tu voluntad. Señor, la soberbia y el egoísmo son actitudes contrarias al amor, pues tu mismo me has enseñado que el amor es donación y entrega. Enséñame, pues a amarte como tú me has amado.
Jesús vive ahora y habla ahora con nosotros y vive para nosotros. Esta es la verdadera forma de conocer a Jesús y de acoger la tradición sobre él (Benedicto XVI, Audiencia, 8 de octubre de 2008)
«De hecho los fariseos y los saduceos conocieron a Jesús en lo exterior, escucharon su enseñanza, muchos detalles de él, pero no lo conocieron en su verdad (…) La gente lo conoce, pero superficialmente; sabe algunas cosas de él, pero no lo ha conocido realmente. En cambio los Doce, gracias a la amistad, que implica también el corazón, al menos habían entendido en lo sustancial y comenzaban a saber quién era Jesús. También hoy existe esta forma distinta de conocer: hay personas doctas que conocen a Jesús en muchos de sus detalles y personas sencillas que no conocen estos detalles, pero que lo conocen en su verdad: "El corazón habla al corazón"» (Benedicto XVI, Audiencia, 8 de octubre de 2008). Los fariseos no podían conocer a Jesús y, mucho menos, considerarlo como el Mesías porque en sus corazones anidaba la soberbia y el egoísmo. Para conocer a Jesús es necesario ser humildes, es decir, dejar nuestras preferencias y nuestros gustos para permitirle a Cristo que reine en nuestros corazones y en nuestras vidas.
El amor hacia Jesucristo llega a través del conocimiento que tengamos de su persona. El conocimiento del Señor no es algo teórico sino experiencial. La experiencia de Cristo comienza en el reconocimiento de todo lo que Él ha hecho por mí. Jesucristo me amó y se entregó por mí en la cruz. Cristo me amó primero y ahora es mi turno de corresponder a su amor. La experiencia del conocimiento de Cristo se hace en la oración, en la Eucaristía y en la cruz de cada día cuando tengo la humildad para acercarme a Él y pedirle su ayuda.
Propósito
Me acercaré a Jesucristo, con fe y humildad, en alguna visita que haga al Sagrario para dejar en sus manos toda mi vida.
Diálogo con Cristo
Jesucristo, Rey y Señor de mi alma, dame la gracia de conocerte cada día más para poder amarte con mayor sinceridad. Te entrego mi corazón, muchas veces lleno de soberbia y egoísmo, para que lo modeles según tu voluntad. Señor, la soberbia y el egoísmo son actitudes contrarias al amor, pues tu mismo me has enseñado que el amor es donación y entrega. Enséñame, pues a amarte como tú me has amado.
Jesús vive ahora y habla ahora con nosotros y vive para nosotros. Esta es la verdadera forma de conocer a Jesús y de acoger la tradición sobre él (Benedicto XVI, Audiencia, 8 de octubre de 2008)
jueves, 26 de marzo de 2015
CAMPAÑA DE SENSIBILIZACIÓN AL APADRINAMIENTO. "UN AÑO DEL BROTE DE ÉBOLA: el futuro de miles de niños y niñas está en peligro"
Un año del brote de Ébola: el futuro de miles de niños y niñas está en peligro
ANIMACIÓN AL APADRINAMIENTO A TODOS/AS LOS MIEMBROS DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA DEL I.E.S. "SAN JUAN BOSCO"
Se cumple un año desde que la comunidad internacional declarase oficialmente la aparición de un brote de Ébola en África Occidental y Plan Internacional alerta de que, con motivo de este aniversario, aún queda mucho por hacer en los países afectados. En marzo también nos hacemos eco del respaldo dado por el matrimonio Obama a favor de la educación de las niñas y hemos celebrado el Día Internacional de la Mujer mostrando las acciones que la organización lleva a cabo en defensa de las mujeres y niñas en todo el mundo.
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EVANGELIO DIARIO MEDITADO - Yo soy Hijo de Dios - 27/03/15
EVANGELIO DIARIO MEDITADO
Yo soy Hijo de Dios
Juan 10, 31-42. Cuaresma. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. El Hijo de Dios se hizo carne para redimirnos de nuestros pecados.
Autor: Esteban Nicolás García Cárdenas | Fuente: Catholic.net
Juan 10, 31-42. Cuaresma. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. El Hijo de Dios se hizo carne para redimirnos de nuestros pecados.
Autor: Esteban Nicolás García Cárdenas | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Juan 10, 31-42
Los judíos tomaron piedras para apedrearlo. Entonces Jesús dijo: «Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿Por cuál de ellas me quieren apedrear?». Los judíos le respondieron: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios». Jesús les respondió: «¿No está escrito en la Ley: "Yo dije: Ustedes son dioses"? Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada- ¿Cómo dicen: "Tú blasfemas", a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: "Yo soy Hijo de Dios"? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre».
Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero el se les escapó de las manos. Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí. Muchos fueron a verlo, y la gente decía: «Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad». Y en ese lugar muchos creyeron en él.
Oración introductoria
Señor, dame la gracia de conocerte profundamente, ayúdame a sentirte de una manera más cercana en este período de Cuaresma. Jesús, que tome una mayor conciencia de mi condición de criatura y de tu grandeza como Creador.
Petición
Jesucristo, aumenta mi fe para reconocerte como Dios y Señor único de mi vida.
Meditación del Papa Francisco
Él nos hace conocer al Padre, nos introduce en esta vida interior que Él tiene. ¿Y a quién revela esto el Padre? ¿A quién da esta gracia? 'Te alabo, oh Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y eruditos, y las has revelado a los pequeños'. Sólo a aquellos que tienen el corazón como los pequeños, que son capaces de recibir esta revelación, el corazón humilde, manso, que siente la necesidad de orar, de abrirse a Dios, se siente pobre; sólo a aquél que va adelante con la primera Bienaventuranza: los pobres de espíritu.
Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero el se les escapó de las manos. Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí. Muchos fueron a verlo, y la gente decía: «Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad». Y en ese lugar muchos creyeron en él.
Oración introductoria
Señor, dame la gracia de conocerte profundamente, ayúdame a sentirte de una manera más cercana en este período de Cuaresma. Jesús, que tome una mayor conciencia de mi condición de criatura y de tu grandeza como Creador.
Petición
Jesucristo, aumenta mi fe para reconocerte como Dios y Señor único de mi vida.
Meditación del Papa Francisco
Él nos hace conocer al Padre, nos introduce en esta vida interior que Él tiene. ¿Y a quién revela esto el Padre? ¿A quién da esta gracia? 'Te alabo, oh Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y eruditos, y las has revelado a los pequeños'. Sólo a aquellos que tienen el corazón como los pequeños, que son capaces de recibir esta revelación, el corazón humilde, manso, que siente la necesidad de orar, de abrirse a Dios, se siente pobre; sólo a aquél que va adelante con la primera Bienaventuranza: los pobres de espíritu.
Muchos pueden conocer la ciencia, la teología también, ¡muchos! Pero si no hacen esta teología de rodillas, es decir, humildemente, como los pequeños, no entenderán nada. Nos dirán muchas cosas, pero no entenderán nada. Sólo esta pobreza es capaz de recibir la Revelación que el Padre da por medio de Jesús, a través de Jesús. Y Jesús viene, no como un capitán, un general del ejército, un gobernante poderoso, no. Él es humilde, es manso, y ha venido para los humildes, para los mansos, para salvar a los enfermos, a los pobres, a los oprimidos. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 2 de diciembre de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. El Hijo de Dios se hizo carne para redimirnos de nuestros pecados. De esta forma, Jesucristo nos ha mostrado el rostro del Padre, un rostro de amor y de misericordia. Sólo en el amor de Dios y en la persona de Cristo encontramos la clave de lectura de toda la Escritura. Es necesario acercarnos con fe y humildad a la oración, a los sacramentos y a la escucha de la Palabra de Dios. Como cristianos estamos llamados a conocer las verdades de nuestra fe y a dar razón de nuestra esperanza.
Propósito
En este día rezaré, en algún momento, el credo para profesar y renovar mi fe en la Santísima Trinidad.
Diálogo con Cristo
Señor, dame una fe sencilla para conocerte y amarte cada día más. Ayúdame a entender que por amor a mí te hiciste hombre y moriste en la cruz. No permitas que viva indiferente ante tu amor y tu gracia. Sé tú, Dios mío, la brújula que dirija mi vida y concédeme la gracia de permanecer fiel a mi fe hasta la muerte.
El período cuaresmal es el momento favorable para reconocer nuestra debilidad, acoger, con una sincera revisión de vida, la Gracia renovadora del Sacramento de la Penitencia y caminar con decisión hacia Cristo. BENEDICTO XVI MENSAJE PARA LA CUARESMA 2011
Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. El Hijo de Dios se hizo carne para redimirnos de nuestros pecados. De esta forma, Jesucristo nos ha mostrado el rostro del Padre, un rostro de amor y de misericordia. Sólo en el amor de Dios y en la persona de Cristo encontramos la clave de lectura de toda la Escritura. Es necesario acercarnos con fe y humildad a la oración, a los sacramentos y a la escucha de la Palabra de Dios. Como cristianos estamos llamados a conocer las verdades de nuestra fe y a dar razón de nuestra esperanza.
Propósito
En este día rezaré, en algún momento, el credo para profesar y renovar mi fe en la Santísima Trinidad.
Diálogo con Cristo
Señor, dame una fe sencilla para conocerte y amarte cada día más. Ayúdame a entender que por amor a mí te hiciste hombre y moriste en la cruz. No permitas que viva indiferente ante tu amor y tu gracia. Sé tú, Dios mío, la brújula que dirija mi vida y concédeme la gracia de permanecer fiel a mi fe hasta la muerte.
El período cuaresmal es el momento favorable para reconocer nuestra debilidad, acoger, con una sincera revisión de vida, la Gracia renovadora del Sacramento de la Penitencia y caminar con decisión hacia Cristo. BENEDICTO XVI MENSAJE PARA LA CUARESMA 2011
miércoles, 25 de marzo de 2015
CONVIVENCIA VOCACIONAL DEL CENTRO "MANUEL ARANDA". - PASCUA 2015-
Si eres un joven que sientes la necesidad de descubrir qué camino de felicidad puede estar pidiéndote el Señor y te interesa pasar unos días de convivencia y oración te invitamos a asistir a la Convivencia vocacional del Centro "Manuel Aranda"
Pre-pascua vocacional
Lugar: Seminario Diocesano de Jaén
Desde el Lunes Santo a las 11,00h hasta el Miércoles Santo después de comer.
Si estás interesado en participar, contacta con tu Profesor de Religión o con el sacerdote de tu parroquia.
EVANGELIO DIARIO MEDITADO. - ES MI PADRE EL QUE ME GLORIFICA- (26/03/15)
EVANGELIO DIARIO MEDITADO. - ES MI PADRE EL QUE ME GLORIFICA- (26/03/15)
Es mi Padre el que me glorifica
Juan 8, 51-59. Cuaresma. Jesús nos invita a proclamar con nuestra vida y acciones, el amor misericordioso del Padre.
Autor: H Iván del Ángel | Fuente: Catholic.net
Juan 8, 51-59. Cuaresma. Jesús nos invita a proclamar con nuestra vida y acciones, el amor misericordioso del Padre.
Autor: H Iván del Ángel | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según San Juan 8, 51-59
Les aseguro que el que es fiel a mi palabra, no morirá jamás. Los judíos le dijeron: «Ahora sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abraham murió, los profetas también, y tú dices: «El que es fiel a mi palabra, no morirá jamás». ¿Acaso eres más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?» Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica, el mismo al que ustedes llaman «nuestro Dios», y al que, sin embargo, no conocen. Yo lo conozco y si dijera: «No lo conozco», sería, como ustedes, un mentiroso. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo, esperando ver mi Día: lo vio y se llenó de alegría». Los judíos le dijeron: «Todavía no tienes cincuenta años
¿y has visto a Abraham». Jesús respondió: «Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy». Entonces tomaron piedras para apedrearlo, pero Jesús se escondió y salió del Templo.
Oración introductoria
Señor Jesús, amigo mío, gracias por todos los dones que me has dado, sabes que soy tuyo y en ti solo quiero estar, no permitas que me separe de tu amor, sabes que soy débil pero yo confío en tu misericordia, dame tu amor que eso me basta, pues contigo todo lo puedo y con tu amor soy feliz.
Petición
Señor que te conozca en cada momento de mi día, en cada persona con la que trate y que en cada circunstancia de mi vida esté siempre a tu lado.
Meditación del Papa Francisco
Oración introductoria
Señor Jesús, amigo mío, gracias por todos los dones que me has dado, sabes que soy tuyo y en ti solo quiero estar, no permitas que me separe de tu amor, sabes que soy débil pero yo confío en tu misericordia, dame tu amor que eso me basta, pues contigo todo lo puedo y con tu amor soy feliz.
Petición
Señor que te conozca en cada momento de mi día, en cada persona con la que trate y que en cada circunstancia de mi vida esté siempre a tu lado.
Meditación del Papa Francisco
El error fue pensar que todo se resolvía con observar los mandamientos, pero estos no son una ley fría, porque nacen de una relación de amor y son 'indicaciones' que nos ayudan a no equivocarnos en nuestro camino para encontrar a Jesús. Así, los fariseos cierran el corazón y la mente a cualquier novedad, no entienden el camino de la esperanza. Es el drama del corazón cerrado, el drama de la mente cerrada y cuando el corazón está cerrado, este corazón cierra la mente, y cuando corazón y mente están cerrados no hay sitio para Dios, sino solamente para lo que nosotros creemos que se debe hacer. Sin embargo, los mandamientos llevan una promesa y los profetas despiertan esta promesa. Los que tienen corazón y mente cerrados no consiguen acoger el mensaje de novedad llevado por Jesús, que es el que había sido prometido por la fidelidad de Dios y de los profetas. Pero ellos no entienden.
Y de este modo es un pensamiento cerrado, que no está abierto al diálogo, a la posibilidad que haya otra cosa, a la posibilidad que Dios nos hable, nos diga cómo es su camino, como ha hecho con los profetas. Esta gente no había escuchado a los profetas y no escuchaba a Jesús. Es algo más que una simple terquedad. No, es más: es la idolatría del propio pensamiento. 'Yo pienso así, esto debe ser así y nada más'. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 10 de abril de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
"Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica", ante estas palabras, Jesús nos muestra su íntima unión con su Padre, sabe que el amor del Padre es más fuerte que los problemas e insultos que los judíos le tienden para hacerlo caer. Jesús nos quiere enseñar esa confianza filial en el Padre sin la cual la vida del cristiano no tiene sentido. Veamos el ejemplo de los niños, de como se sienten seguros junto a su padre porque se abandonan totalmente a la protección de su papá, saben que a su lado nada les podrá hacer daño. Así debe de sentirse el Cristiano con su Padre Dios, seguro de que nada le podrá hacer daño seguro de que nunca está solo y que siempre tiene a un Padre amoroso que está a su lado.
Jesús nos invita en este evangelio a proclamar con nuestra vida y nuestras acciones el amor misericordioso del Padre. Sólo el amor a Dios dará la vida y el sentido al mundo. Nuestra misión es la de trasmitir el amor de Dios y su misericordia. Hagamos de nuestra vida una autentica vocación al amor, viviendo para servir a los demás.
Propósito
Vivir, como hijo, una especial unión con Dios Padre, a lo largo del día, a través de jaculatorias y comuniones espirituales.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús ayúdame a trasmitir tu amor. Ayúdame a ser un mejor hijo tuyo que viva con fidelidad mis compromisos cristianos. Te pido por todos mis hermanos que no te conocen y viven alejados de ti. Dales la gracia de sentirse verdaderamente hijos tuyos, amen.
"Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica", ante estas palabras, Jesús nos muestra su íntima unión con su Padre, sabe que el amor del Padre es más fuerte que los problemas e insultos que los judíos le tienden para hacerlo caer. Jesús nos quiere enseñar esa confianza filial en el Padre sin la cual la vida del cristiano no tiene sentido. Veamos el ejemplo de los niños, de como se sienten seguros junto a su padre porque se abandonan totalmente a la protección de su papá, saben que a su lado nada les podrá hacer daño. Así debe de sentirse el Cristiano con su Padre Dios, seguro de que nada le podrá hacer daño seguro de que nunca está solo y que siempre tiene a un Padre amoroso que está a su lado.
Jesús nos invita en este evangelio a proclamar con nuestra vida y nuestras acciones el amor misericordioso del Padre. Sólo el amor a Dios dará la vida y el sentido al mundo. Nuestra misión es la de trasmitir el amor de Dios y su misericordia. Hagamos de nuestra vida una autentica vocación al amor, viviendo para servir a los demás.
Propósito
Vivir, como hijo, una especial unión con Dios Padre, a lo largo del día, a través de jaculatorias y comuniones espirituales.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús ayúdame a trasmitir tu amor. Ayúdame a ser un mejor hijo tuyo que viva con fidelidad mis compromisos cristianos. Te pido por todos mis hermanos que no te conocen y viven alejados de ti. Dales la gracia de sentirse verdaderamente hijos tuyos, amen.
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